Todo en su justa dimensión de las cosas.

No cabe duda que existen momentos en que el deseo de un ser humano puede llegar a ser el motor principal de su existencia o de su razón de actuar, en otras palabras, su motivación.
Hace poco escuchaba una frase en una película donde decían que la primera y más importante razón de todo ser humano para vivir es la de amar o ser amado, si no es posible hallar tal cuestión, entonces se le ha de dar una esperanza, pero si en el peor de los casos somos incapaces de hacer tal cosa, sencillamente démosle algo que hacer.
En resumidas cuentas, el tener una motivación, real o potencial, es lo que muchas veces nos permite afrontar cualquier situación u obstáculo con el fin de alcanzar nuestra meta, ficticia o verdadera.
Mantener nuestra mente ocupada, a mi parecer, es una de las mejores soluciones para no preocuparnos por nimiedades de esta vida, tan solo hagamos las cosas bien, disfrutémoslas si es posible y no nos preocupemos mas allá de lo razonable. Claro está, por otro lado, que esto no implica caer en la apatía e indiferencia total, volviéndonos unos autómatas. La cuestión que planteo va más allá, y lo resumo en dos viejos proverbios: No te ahogues en un vaso de agua y, Si tu problema tiene solución, ¿De qué te preocupas? Y si no tiene solución, ¿De qué te preocupas?

2 comentarios:

  1. Opino que deberías sacar tu libro de superación personal :)
    Pero te faltó poner 'Hakuna Matata' xD
    Tienes mucha razón.

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  2. Yo opino que tu deberías ser mi editora de textos =D jejejejeje.
    Las regalías podemos discutirlas después ;)

    P.D: ¡obvio,yo siempre tengo razón, y mucha!

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