Redimido y reformado, indudablemente he vivido.

Tener una muesca más en la tabla de la vida me hace recapitular las ya existentes, todas y cada una, ahí están, con su valor y significado de antaño, encerrando un microcosmos que me transporta a tiempos pasados, épocas doradas de ensueños y fantasías, donde abundan más personas que hechos, donde el tiempo parece haberse detenido y por momentos reviven esas escenas del pasado.
Como los antiguos aztecas, comienzo a elaborar mi atado de años, un ciclo se acerca a su fin, uno nuevo se aproxima, tan veloz que ni lo he visto venir. Así se me fueron los días, las semanas y los años, uno tras otro. Pareciera que fue ayer cuando movido por la curiosidad inocente e inaudita de cualquier chiquillo, corría por la casa de los abuelos, disfrutaba explorando los rincones del jardín, examinaba insectos y mi imaginación era mi infalible compañera.
Ha llegado el punto en el que es necesario comenzar a ver hacia atrás, examinar el camino andado y recopilar las experiencias vividas, buenas, malas o pésimas, tomarnos el tiempo de rememorar y analizar, ver todo lo que hemos sorteado en el trayecto, a las personas que nos han hecho más fácil el camino y darnos cuenta de lo lejos que hemos llegado.
No es fácil ni mucho menos sencillo, tener que lidiar no solo contra los malos recuerdos, sino también contra los sueños extraviados, afrontar las metas olvidadas y darnos cuenta de las expectativas frustradas, pero lo gratificante es cuando cada situación, cada hecho estuvo marcado por una persona trascendente, y que por el simple hecho de haber estado ahí, nos permite recordarla y esbozar una sonrisa.       
He comenzado a comprender que el tiempo no se compone de segundos o minutos, sino más bien se compone de historias, las cuales están hechas de personas, las cuales, al final, lo que nos dejan son bellos momentos y recuerdos.
Aferrarnos a la idea de que nada es mejor que nuestro ayer o nuestro hoy, pocas buenas cosas nos traerá, por eso hoy, redimido y reformado después de un sinfín de dramas y traumas, me permito llamar a cuentas a mi reservorio de pensamientos, tabernáculo de grandes pasiones y difusas emociones, que me hagan patente un hecho indudable, he vivido y deseo vivir más.

1 comentario:

  1. Y el Don ha hablado... jajajajajaja (esto te pasa por burlarte de mis encuentros con conductores aventados) :O

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