¡Mucho que celebrar!

A lo largo de este mes se ha escuchado la idea o pleno desacuerdo de algunos sectores de la población con los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, especialmente através de las redes sociales, donde se han creado numerosos grupos que invitan a unirse a su propuesta.

Seamos conscientes de las realidades de nuestro México, tenemos serios problemas, innumerables sin duda alguna y de muy difícil y complicada solución, si, pero ¿Eso amerita dejar de lado la Independencia de México?

Todo país que se precie de ser independiente y soberano celebra con gran fastuosidad el inicio o término de su gesta independentista y, de haberla, revolucionaria, ya que de esta forma se afirma su nacionalidad y su identidad nacional con aquello que los diferencia de los demás y les brinda el sentido de pertenencia a un grupo en específico.

Hace 200 años México no era México, era el Virreynato de la Nueva España, no se contaba con una idea de nación mexicana, las libertades estaban restringidas, la población se encontraba en condiciones sumamente deplorables y sus posibilidades de acceder a algún beneficio o contar con alguna alternativa para mejorar su calidad de vida eran nulas.

Hoy México es un Estado reconocido y aceptado dentro de la sociedad internacional, consolidado al interior al brindar la certeza a su población de que existe y esta presente, asi como el derecho que ejerce del legitimo uso de la fuerza en aras de neutralizar cualquier amenaza, real o potencial, a la integridad y estabilidad del Estado, lo que tiene como fin cumplir con el derecho de su población a la seguridad.

Si bien el Estado tiene por objetivos primordiales mitigar la escasez y el conflicto social, el papel de la población juega un papel relevante dentro del esquema organizativo estatal, específicamente respecto a la participación ciudadana, donde la democracia va más allá del simple hecho de emitir el voto.

Concuerdo que los gastos han sido excesivos por parte del gobierno, no solo federal sino estatal tambien, con una clara falta de visión y objetivos precisos, haciendo que hoy no se cuente con un solo monumento en pie al Bicentenario, lo que algunos hemos interpretado como el reflejo de la mexicanidad, un monumento caro, mal hecho e inconcluso.

Tenemos problemas, sí, podríamos estar mejor, claramente, podríamos estar peor, sin duda alguna. México somos todos, pero es hora de creer en nuestro país, recuperar el optimismo y, sobre todo, dejar de meternos la zancadilla a nosotros mismos, dejemos de ser "gandallas", que es la mitad de la cruz del mexicano, la otra mitad es la flojera; dejemos de buscar acuerdos obscuros donde no los hay y celebremos lo que se gana justamente, quitémonos la idea de que "Esta mal lo q hace aquel, esta pésimo lo q hace ese otro...esta peor si lo bueno que sucede no lo hice yo", ¡honor a quien honor merece!

Cortesía de la semana:
"Estamos conscientes que las reformas legales no hacen aptos a los ineptos".Beltrones.

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