Surcar el mundo de las letras...

Para amores que se alejan,
busca amores que se acerquen....


Existen muchas personas capaces de imprimirle su estado de animo no solo a sus acciones, sino a su forma de pensar, pero no todas logran reflejarlo en su forma de escribir.

Escribir puede ser un acto de entretenimiento, una tarea e incluso, la mayor parte de las veces, un trabajo, inclusive hasta de gozo cuando de escribir a una persona estimado y/o querida se trata,  pero yendo mas alla de tales concepciones, escribir se traduce en  valvula de escape a las ideas y emociones que inundan nuestro ser.

El habito de la escritura plantea dos vertientes de consideración, el primero se traduce en la habilidad de llevar el pensamiento a la tinta y al papel, con la consecuente e inherente complicación de hilar las ideas, y el segundo, habrá de consistir en llevar tales ideas al plano del comportamiento.

Discernir que implica mayor  dificultad no es cosa sencilla, especialmente cuando se trata de generalizar. La realidad nos dice que dicha dificultad dependerá de la habilidad   y, muchas veces, de la capacidad que se tenga para imaginar y desarrollar una idea, asi como del otro lado, mas que de la capacidad dependerá de la disposición a hacerlo.

Escribir sin duda libera la mente, le permite adentrarse en profundidades desconocidas del ser humano, y sobre todo, permite reflejar cual espejo, lo que sucede en el interior de una persona. No podemos negar la facilidad con que uno mismo adivina cuando una persona ha escrito de tal o cual forma, por ello, es que la escritura se debe practicar como medio del desarrollo mental del ser humano, adentrarnos en lo filosófico y político que es por naturaleza, y por qué no, también en lo visceral que somos.




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