Vacaciones son vacaciones

Siempre hago caso de los consejos que me da mi abuelita, excepto aquel que dice que las mujeres son malas, prefiero darles aun el beneficio de la duda; y en este caso, si mal no recuerdo, de chico siempre me dijo que los días santos eran días de guardar y por tanto, no se debía hacer nada. Como buen nieto, que no católico, decidí desde hace algunos años hacerle caso a tal precepto, y heme aquí que esta Semana Santa no ha sido la excepción.
Lo malo de todo el asunto radica en que si bien hasta la preparatoria se nos dan dos bien merecidas semanas de vacaciones, aunque la memoria ya me falla, en la universidad solo se trata de una semana que al final no alcanza para mucho. Se quiere hacer una infinidad de cosas que siempre hemos ido dejando “para cuando allá tiempo”, y creemos que con una semana terminaremos con lo acumulado en tres meses o más, terrible error.
Las vacaciones son para descansar, relajarse un poco, desestresarse, recapacitar un poco o sencillamente cambiar de aires. Descansar es la idea, cosa que sencillamente muchos no entendemos, excepto por una cosa, la tarea, esa puede esperar al día domingo 11 de la noche para comenzar a tomar forma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario